Durante el segundo día, después del refrescante chapuzón en el río, nos preparamos para la actividad de servicio que consistió en una tarde alegre para los niños de la zona, los cuales esperaban con ansias las actividades ya que se les había anticipado que no faltaran a la cancha.
A principio los niños se mostraban un poco tímidos y receloso, pero poco a poco gracias a la eficiente labor de los histriones, fueron tomando confianza y participando activamente en las diferentes canciones y juegos que les propusimos.
Conforme pasaron los minutos, más y más niños se fueron incorporando hasta que teníamos una buena cantidad con la que ya pudimos realizar algunos juegos.
Para entonces los niños ya habían “agarrado cancha” y jugaban con toda libertad y sin inhibiciones, incluso nos enseñaron un juego llamado “La araña peluda” que resultó bastante divertido y mostró el potencial de líderes que tienen algunos de estos niños a quienes un poco de escultismo les caería muy bien ya que tienen garra, fuerza, habilidad y liderazgo.
Después de los juegos pasamos a la parte cuchi cuchi del programa, a la parte “Chígüegüenchona”, a la parte “Ya vas que chutas”, es decir a las piñatas.
De todos es conocido que las piñatas son la felicidad de los niños, como podemos apreciar en Cathy, Andrea y los otros niños rovers que disfrutaron tanto como los niños del Manzano.
También se les enseño el deporte nacional Scout, el famoso “Fútbol Maya” o “Aro Play “.
Terminada la actividad, nos preparamos para la cena y la actividad de reflexión que tendríamos en la noche, todos felices y contentos, los niños mas que nadie y los Rovers satisfechos de haber brindado una tarde de alegría a los niños de El Manzano.
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